Cómo trabaja un corrector: lo que tienes que saber sobre esta profesión

Mucha gente desconoce cómo trabaja realmente un corrector y cuál es la importancia de la revisión lingüística de textos. Porque no, un corrector no se dedica solo a poner tildes y a cambiar comas según le parezca; es muchísimo más que eso.

En este artículo te explico en detalle en qué consiste esta profesión.

 

La labor del corrector

La corrección es un proceso complejo y laborioso. El profesional de la corrección debe dominar muy bien no solo el idioma en el que trabaja, sino también la normativa y los criterios lingüísticos (y a veces editoriales) que fundamentan los cambios que realiza sobre el texto.

Existen dos tipos de correcciones:

  • Corrección de estilo: es la revisión de errores derivados de una mala redacción o del desconocimiento de las normas de uso. Sirve para corregir la adecuación del vocabulario utilizado, se eliminan repeticiones de palabras, incorrecciones léxicas y muletillas lingüísticas, entre otros, y se revisa la arquitectura interna, es decir, la cohesión y la coherencia textuales. El objetivo es obtener una lectura limpia y fluida adaptada a su propósito lector.
  • Corrección ortotipográfica: consiste en corregir no solo los errores gramaticales, ortográficos y sintácticos, sino también los errores tipográficos y de puntuación (por ejemplo, el uso de mayúsculas, cursivas y negritas, lista de guiones, cabeceras, separación de palabras a final de línea, viudas y huérfanas, referencias bibliográficas, índices, etc.)

No obstante, los idiomas son muy dinámicos y es posible que haya más de una corrección viable e, incluso, que dos correctores propongan soluciones distintas para un mismo error. Aquí también influye el bagaje profesional de cada corrector y de la riqueza lingüística que posea.

 

La corrección editorial

En el sector editorial se utilizan unas denominaciones específicas para referirse al tipo de corrección que se lleva a cabo en cada fase del proceso de edición de un libro.

En general, las fases de este proceso son:

  • Corrección de originales: es la primera corrección que se realiza del texto después de que el autor lo haya enviado a la editorial, en la que un responsable ya ha determinado los criterios lingüísticos y editoriales que se seguirán. Normalmente consiste en una revisión de estilo.
  • Corrección de galeradas: es la segunda corrección que se realiza del texto después de que el editor haya validado la primera corrección y el maquetista haya introducido los cambios en la maqueta. Normalmente consiste en una revisión ortotipográfica y la realiza un corrector distinto al primero.
  • Corrección de compaginadas o pruebas de impresión: es la tercera revisión que se realiza del texto después de que el maquetista haya introducido los cambios de la segunda corrección y estas cuenten con la aprobación del editor y también del autor, que acepta el resultado final.

Durante este proceso, el editor de mesa o el curador (persona que supervisa o dirige la edición de una obra) es quien establece qué criterios editoriales se seguirán para la composición literaria, lingüística, formal y/o editorial del libro.

Además, estas dos figuras son las encargadas de coordinar todos los integrantes del proceso y se aseguran de que cada profesional (correctores, traductores, maquetadores, ilustradores, diseñadores, etc.) cumple las tareas asignadas.

 

Corrección en papel y corrección digital

La corrección de un texto puede realizarse en papel o en digital.

Tradicionalmente, la corrección editorial se ha realizado sobre el papel y en ella se utilizan unos signos de corrección denominados «llamadas», cuya función es marcar de una manera limpia y eficaz las erratas dentro del texto y su corrección pertinente.

Se emplean muchos signos y de diferentes formas, prácticamente se podría decir que cada tipo de error tiene asignado un signo distinto, aunque pueden variar y no necesariamente siempre se usan los mismos. Pero sí que todo corrector editorial debe conocer esta metodología.

Cada una de estas llamadas sirve para señalar en el texto una letra, palabra o frase que necesita una corrección, y una vez señalado en el texto, se repite en el margen la misma señal junto con la letra, palabra o frase que sustituye a lo tachado.

 

 

Por otro lado, la corrección en digital que más se usa en la actualidad es mediante la herramienta de Control de Cambios incorporada en los procesadores de textos como Microsoft Word.

Esta es una alternativa eficaz y muy práctica a la corrección en papel, pues el programa permite eliminar o insertar palabras, cambiar el formato del texto, corregir la puntuación y revisar la redacción dentro del propio documento. Incluso se pueden intertar comentarios, lo cual es muy útil si el corrector quiere indicar al autor que alguna sección del texto debe reescribirse o también si quiere sugerir alguna propuesta de mejora.

Lo interesante de este sistema es que cada uno de los cambios y correcciones realizados quedan registrados en el margen, y posteriormente el autor puede aceptar o rechazar los cambios según vaya leyendo.